El aleteo de la mariposa tarda en llegar a mí varias horas, aproximadamente a las cuatro y media de la tarde, cuando estoy sentado en el asiento trasero de la furgoneta, a escasos metros del triángulo verde donde me dejan y recogen durante cada día de la semana. Exactamente en el momento en que el conductor decide ser cívico y detiene el vehículo al ver encendido el disco rojo del semáforo. Y allí, en ese espacio congelado en el tiempo y mecido por el ronroneo del motor, escudado de la fría tarde de invierno por el cristal y el metal de la furgo, dejo vagar mi aburrida mirada por la parada de bus del campus universitario mientras pienso en mis cosas. Mis dos o tres cosas. Y así, mientras la Graphium cyrnus se prepara para volver a batir sus alas, mis ojos se posan en una muchacha de pelo color zanahoria cortito y ojos azules que parece dejar vagar su mirada por la carrocería de la furgoneta. Y así, sin querer, de manera casual, sin siquiera pensarlo y mirando más mi reflejo que los ojos color cielo de la chica, mientras mis pensamientos en realidad se encuentran en el trabajo y no en la forma ovalada de su rostro, inclino la cabeza buscando instintivamente su mirada.
Y ella se da cuenta, y me sonríe. No aparta la mirada ni la mantiene sin saber qué hacer. No: ella sonríe. Una sonrisa amplia, alegre y traviesa, franca y sensual, sorprendida y confiada, que resplandece como un fogonazo pero que en lugar de dolerme me obliga a mirarla. Y pensamientos, mirada, mariposa y boca entreabierta se centran en esa aparición repentina.
La furgoneta arranca y la muchacha desaparece. En un segundo quiero gritar, quiero bajarme de la furgoneta y correr hacia la parada de autobús, pero no soy capaz. Me maldigo por no haber retenido más detalles de la aparición pero su cara es lo único que ocupa mi mente, quemada a fuego. El copiloto se gira y pregunta extrañado:
- ¿Qué pasa?
Sin apartar la mirada de la ventanilla respondo:
- Que me he enamorado.
14 comentarios:
¡¡Esas cosas también me pasan a mi, que me enamoro cuatro veces al día!!
Ya, ya se que lo sabes... :P
Tienes un don para convertir los segundos en horas cuando los cuentas.
Maravilloso, sin ningún tipo de peloteo ni nada de eso, porque ya he asumido que nunca me vas a regalar un jamón ;)
Por
G.,
18/11/05 19:39
da gusto releer este momento..
espero que vuelva a aparecer.
Por
tron,
19/11/05 11:45
Me está cayendo muy bien esa chica de pelo cortito y sobre todo su sonrisa...
Para cúando la próxima entrega?
Por
Anónimo,
21/11/05 08:18
Todavía puedes bajarte de la furgo?? yo me bajaba fijo;
ainss las pelirrojas, que peligro tienen.
Por
Anónimo,
21/11/05 20:58
No lo sabes tú bien, gansete.
Besicos a tod@s. Próxima entrada en ná. ;)
Por
Gusarapo,
21/11/05 21:30
ZzzzzzzzzZZZZZZZZzzZZzzZZZzzzZzZzZZ
Ay, perdón, que me he quedado traspuesta ESPERANDO LA PRÓXIMA ENTRADA
(ñeñeñeñe)
Por
G.,
23/11/05 21:59
Ay por Dios que malito me pongo con las pelirrojas, y ya se que tu también tontorrón
Por
Anónimo,
24/11/05 13:10
O_O
Por
Anónimo García,
24/11/05 16:17
(esta es la idea de blog que creia que ibais a hacer el el bar de la esquina.
Guau.)
Por
Anónimo García,
24/11/05 16:18
éste gusarapo, no es q se haya debido bajar de la furgoneta, es q debe haberse bajado de todo y anda por ahí suelto en busca de su pelirroja y aquí nos tiene medio abandonaos, la encontraste?
sí?,
pues disfruta corazón
no?,
ya te presentaré a una amiga
(pero vuelve!)besiños
Por
Anónimo,
25/11/05 11:18
tomate tu tiempo...pero has leido el mail?
Por
Anónimo,
25/11/05 20:10
me tienes en ascuas desde que miraste así..
espero tu retonno, cuando sea será, por aquí andaremos..
Por
tron,
26/11/05 09:57
Gracias por los comentarios. :) Este fin de semana escribiré la siguiente entrada. No es cuestión de que no sepa seguir sino más bien de que tengo tantas ganas de escribir que quiero tomármelo con calma para no acabar escupiendo cosas medio cocidas (que es lo contrario del propósito de DDN).
Abrazos a todos y todas.
Por
Gusarapo,
26/11/05 17:09
Baja de la furgoneta y persigue tu princesa que haberlas hailas.No abandones tu sueño, aprovecha los renglones torcidos y bate las alas, no temas volar ni muy lejos ni muy alto. Sobre todo no dejes que las lagrimas de la tristeza te oculten las estrella, aunque este oscura la noche y sea largo el camino.
Por
Anónimo,
27/11/05 15:52
Comenta
<< Principal